Quisiera cambiar y ser diferente, pero no lo puedo conseguir si aun no sé quién soy. Es muy sabio pensar que hombres y mujeres somos diferentes pero no en derechos y oportunidades. Comenzando a entender eso, podremos llevarnos de mejor manera y así entender el por qué a ellos no les gusta ir al shopping y quedarse horas mirando las vitrinas sin comprar nada. O el por qué a nosotras no nos gusta estar clavadas al televisor viendo un partido de f{utbol tomando cervezas y gritando como bestias.
Sí, somos diferentes y gracias a ello nos gustamos. Sí... tú me gustas.